Cruz Azul: la histo(e)ria interminable

Ve a los aficionados del Cruz Azul con playeras con los colores de su equipo. Con pañuelos, banderines, matracas y de cuanta cosa se habilitan los aficionados. Veo a chicas portar la playera azul celeste porque el novio le va a ese equipo. De otro modo, no entiendo el gusto de estas chicas.

La historia se repite una y otra vez, como una maldición para este equipo y su afición. Un equipo que no es de los llamados grandes, por más que los comentaristas que no esconden su afición por el, lo repitan hasta el hartazgo.

Para ser un equipo grande la fórmula es muy sencilla: se debe concretar más y fallar menos. Cruz Azul lo ha hecho al revés. Es el equipo que se queda a la orilla, el ya merito. El eterno segundón.

Pero resulta que jugó ayer y ganó. Aunque es la jornada uno, ya puedo imaginar los titulares de los diarios deportivos del día lunes: Cruz Azul pinta para campeón. Ahora sí, Cruz Azul. Ya lo saben, qué fuera de la vida sin ilusiones.

Ya me siento a esperar a ver de nuevo las imágenes que me divierten tanto: chicas consolando a su novio que llora cual niño berrinchudo, aficionados con gesto de desconsuelo.

Acá viene la máquina...de nuevo al despeñadero?